domingo, 9 de marzo de 2014

Detrás de las paredes.


Aquí estoy, en lo mas profundo de un gran edificio viejo y aunque este lleno siempre de gente, para mi es un lugar vacío, lleno de opacos y largos tejidos de arañas que con sus tantos ojos han podido ver lo que ocurrió aquí, pobres de ellas, si yo con solo dos me basta para llenarme de melancolía al imaginar todos esos sucesos que marcaron este pequeño lugar.

En este momento me encuentro acostado en una vieja cama, si es que se le puede llamar así, que con su chillante rechinido provoca un escalofrió que recorre mi cuerpo lentamente, es dura como una piedra y fría como el alma que habita este cuerpo débil y ya casi sin vida. Las paredes son tan viejas y gastadas que parece que van a derrumbarse,  algunas personas  dicen que las paredes oyen y no dudo que estas cuatro ya se estén quedando sordas de tantos gritos, de tanto odio, de tanto mal.

Solo hay una pequeña ventana  llena de barrotes  oxidados y con una vieja cortina desgarrada por las ratas que abundan en la habitación, quisiera decir  que eso es lo peor pero no lo es, el olor de aquí es repugnante, quisiera que entrara un poco de aire a llenar este cuerpo que a gritos desea salir de aquí, pero por mas que intento no puedo, afuera siempre esta rodeado de seres que visten de negro, siempre vigilantes y a la espera de que yo intente escapar para terminar con mi vida, hay veces que quisiera hacerlo y acabar con todo esto, ya que cualquiera preferiría la muerte a seguir viviendo tras las rejas.

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